Bullerengue
Los inquilinos llegaron un día de lluvia. Estaban empapados. Mi madre había puesto el letrero en la puerta dos semanas atrás, “Se renta habitación”. Cuando lo vi al llegar del colegio le pregunté, malhumorado, desde cuándo nuestra casa se había convertido en un inquilinato. Me dijo que no hablara así, que Dios, que las buenas...