una muñeca de carne y hueso
19 de febrero de 1959. Yo tenía siete años y medio de edad. Los meses de febrero en Madrid eran muy fríos y con grandes heladas nocturnas. Aquella mañana mi madre, en el minúsculo cuarto de aseo donde solo cabia una persona, peinaba su larga melena que recogía en un artístico moño copiado, seguramente, de...