La tila
Cogió el abrigo que había colgado sobre el sillón de la sala. Alguien que salió precipitado debió de dejarlo olvidado. Miró disimulando a ambos lados de la sala y de manera furtiva metió la mano en uno de los bolsillos laterales. Efectivamente, ese día la suerte la tenía de cara, encontró un papel con una...