Ópalos de fuego
Estimado Alfonso: Nos conocemos desde pequeños y te tengo por hombre honrado. Recuerdo con nostalgia pero también con gozo los días en que fuimos compañeros de pupitre. Cuando exhumo mis recuerdos puedo verte serio y concienzudo, con tus eternas gafas de concha que ocultaban una mirada miope y concentrada. Recordarás, tú también, Alfonso, a ese...