Así no.
¿Una panadería? ¿Una panadería? Es lo que sabía hacer y se dedicó a ello -le respondió- al parecer le iba bien, pero si usted no la quiere, tengo el consentimiento de entregársela a su hermana. Aunque debe saber que él insistió en que usted sea el poseedor. Eso me extraña y me duele -murmuró- nunca pudimos...