Un pan por un poema
Una leve brisa entraba por la ventana entreabierta, sacudía las hojas vacías, tiraba al piso las hojas llenas de letras y despertaba a los libros dormidos para leerlos. Entre las travesuras la brisa vino vestida con aroma a pan recién hecho, ese olor inconfundible que saca de su lecho mortuorio al agonizante, despierta al depresivo...