pan: nutre. Escritura: nutre. Saldría a la calle con una pancarta con el juego de palabras escrito: «pan – carta». 

Ambos generan placer más allá de la necesidad. En mi caso, ambos van de la mano: me levanto y escribo tomando algo caliente acompañado con pan… durante el día pico un poco más de ambos… antes de dormir igual. 

desconozco la creación tanto del pan como de la escritura, pero no impide que me nutra el resultado de lo que son hoy y su utilidad.

Tanto el pan como la escritura me dan alegría: la escritura llena mi alma, no menos importante que el pan el estómago, ya que: «panza llena, corazón contento», dicen. 

Uso la escritura para plasmar ideas, concretar abstracciones… pero también para ganarme el pan de cada día. 

Para finalizar con mi breve opinión y visión sobre el tema, cierro con que encuentro muchas similitudes entre éstas dos artesanías tan necesarias, pero la que me parece más importante es que ambas son más gratificantes si se comparten con los demás.

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