Con los labios en las ondas
Como todos los días desde hacía meses y como todos los meses desde hacía años, escuchó el inconfundible “buenos días”. La dulce perorata que siguió al saludo se hizo fuerte en el baño, acompasó el ruido de la máquina de afeitar con algún que otro comentario y se abrió paso en la ducha, pero a...