Con los labios en las ondas

Con los labios en las ondas

JTV

01/02/2021

Como todos los días desde hacía meses y como todos los meses desde hacía años, escuchó el inconfundible “buenos días”. La dulce perorata que siguió al saludo se hizo fuerte en el baño, acompasó el ruido de la máquina de afeitar con algún que otro comentario y se abrió paso en la ducha, pero a susurros, no a codazos. Después se parapetó en el ropero, cómo no, y se miró en su mismo espejo. Aunque en realidad, se dijo él, una palabra bien dicha siempre valdrá más que mil imágenes.

Como todos los días desde hacía meses y como todos los meses desde hacía años -con la excepción consabida del maldito verano, candidato a encender los cuerpos y a apagar algunas voces-, la parla suave de su inseparable compañera compartió con él los primeros sorbos del vaso de zumo y los últimos pellizcos a la tostada. Era una insensatez continuar con la farsa de la cucharilla y su repicar en la taza, porque en realidad nunca le gustó el azúcar. Pero la idea de una buena mancha en la camisa no era descabellada: cualquier estratagema valdría para seguir escuchándola.

Con la lista de la compra y las migas de pan como mentiras sencillas y creíbles y las carantoñas a los niños como coartada infalible, dejó que el acogedor palique continuase acariciando sus oídos. El problema no era llegar tarde, el gran dilema era cómo acercarse a ella sin que ella lo notase. Era capaz de encontrar mil disculpas para retrasar la salida, pero alcanzarla en el momento preciso requería de tino y sutileza.

Quería besar su acento, aunque quizá no se pudiera; besarlo cuando era más dulce, poco antes de Navidad o San Valentín, aunque no conocía a nadie que hubiera dado tal beso; besarlo antes de la señales horarias. Qué fidelidad la de aquellos pitidos, qué prestancia, qué manera tan absurda de comunicarle que su idilio matutino se acababa.

Pero no, esta vez fracasaron las nuevas tretas: las voces de su esposa le sorprendieron abrazado a la radio, tartamuda de interferencias de tanto y tanto beso.

Perdida la señal, perdida la voz de su amada locutora, sólo quedaba buscar otra excusa.

Como todos los días desde hacía meses y como todos los meses desde hacía años, había sido descubierto con los labios en las ondas.

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