Bésame
Estábamos borrachos e impúdicos. Libábamos ginebra y tequila. Aquella noche frígida de setiembre transcurría entre mejunjes y excitaciones. Habíamos irrumpido en un bar que atiborraba de bohemios y casanovas. La fragancia del incienso y el humo del cigarrillo aromatizaban el bar. El establecimiento era fastuoso: techo minimalista, pared rústica y suelo embaldosado. Una gramola pintoresca,...