A luna, estrellas y nubes. Supo mi primer beso.
Tendría aproximadamente 14 años y mi corazón hace algunos días latía de diferente manera, cada vez que la miraba unas maripositas se depositaban en mi estómago y mi boca ensalivaba como querer acercarse a ella, pero para algo más que jugar, desde hace un tiempo intuía que el juego se diluía conviertiéndose en excusa. Y...