Golpe a golpe, beso a beso
Una esplendida casa, con un esplendido jardín y una luz muy tenue en una de las habitaciones, en ella una mujer que se mira al espejo de su tocador mientras susurra una vieja canción de Serrat a la que le ha cambiado el estribillo. -«Golpe a golpe, beso a beso». Treinta y dos años de matrimonio y...