El gatito siamés de Dorotea
-Que tarde es!, ya me pasé quince minutos del horario, mejor me apuro-. Cruzó el parque sin aliento hasta llegar a la administración donde firmó el ingreso. Se cambió de ropa en segundos y corrió a la habitación de Don Carlos. -Buen día Carlos, ¿cómo durmió? -preguntó Delfina-, sentada en cuclillas y mirándolo directo a...