Reflejos de cristal
-Cómo pasa el tiempo! -dijo doña Lupita con voz apagada. -Hoy estoy un poquito más estropeada que ayer. -Sí querida, la vida no se detiene a echar la vista atrás -contestó la mujer sentada frente a ella. -Aún así creo que esta mañana te ves bien. Doña Lupita era una mujer, por decirlo así, chapada...