Ligando la salsa
– ¿Ha terminado la señora? – Sí. Puede retirarlo. – ¿Quiere que le traiga otra cosa? Si me permite, puedo sugerirle… – No, gracias, simplemente no tengo apetito. Si amas la cocina, trabajar en el mejor restaurante de la ciudad puede hacerte muy feliz. Sin embargo, una clienta tan “gratificante” se convierte en un mal...