Comida para todos
Llevan dos días sin probar un bocado. Las paredes blanco añejo y curtido de la cocina, la refrigeradora inmaculada con la puerta abierta que deja observar la nada y una lata vacía de galletas con migajas lamidas y engomadas aferradas al suelo describen la miseria de esta mujer y sus tres chicos. Son tan pequeños...