El sabor del olvido
Aquella mañana me desperté confusa. El sabor amargo de la resaca inundaba mi paladar y un esperpéntico dolor de cabeza me azotaba las ideas. Estaba en una cama extraña de una habitación totalmente desconocida. No sólo no recordaba qué pasó la noche anterior, si no que tampoco era capaz de dilucidar ni mi propio pasado...