Tratando de limar asperezas, JESÚS y BETZABEL acordaron cenar juntos.
La reunión se llevaría a cabo en un lugar neutral: El LIMBO.
Su mejor mesero, Don Agnóstico Tercero.
A fin de evitar en lo posible el proselitismo, ambos convinieron que cada uno elegiría el menú del otro.
– A mi colega sírvanle un Beso de Ángel, acompañado de un capuchino en las nubes, ordenó JESÚS.
– Para El Señor, por favor unos camarones a la diabla, con un café inferno solicitó BETZABEL.
Mientras esperaban, platicaron de cosas banales, como la situación económica del mundo y los atisbos de guerra que azoraban todo el planeta.
Sus platillos fueron servidos y ambos procedieron a degustarlos.
– DIABLOS !, exclamó JESÚS . Estos camarones sí que están picantes.
– No blasfeme Señor, que en mi presencia estáis. Objetó BETZABEL.
– Mmmmm esto sabe a Gloria, expresó BETZABEL al probar el Beso de Ángel.
– Cuida tu boca, que en ella la palabra Gloria sabe a azufre, ordenó JESÚS.
Y así continuaron paladeando sus viandas.
Platicaron de la moral, que cada día escaseaba más en la tierra, y de la corrupción, que cada día crecía más. De política, donde cada uno espetó sus preferencias y hasta de religión, donde parecían tener más cosas en común.
Para acompañar la cena, la casa obsequió a cada uno un caballito de tequila Don Julio.
Al no estar acostumbrado ninguno de ellos a las bebidas alcohólicas, ambos compartieron su experiencia.
– Sin duda, esta bebida proviene del cielo, opinó JESÚS. Su exquisito sabor y bouquet lo revelan. Observa su hialina transparencia y disfruta su aroma embelesador.
– Siento contradeciros, Señor, argumentó BETZABEL. Basta con sentir cómo quema la garganta al tragarlo para saber que su origen es el mismísimo infierno. Esperad a mañana y padeceréis los efectos de su ingestión.
No pudiendo llegar a un acuerdo, prefirieron seguir hablando de la tierra.
Platicaron del Amor y del Horror, de la Envidia y la Miseria, de la Mezquindad y de la Crueldad.
Después de haber pasado un tiempo que para ambos fué irrelevante, pues se sabían eternos, BETZABEL exclamó: siento mucho deciros, Señor, que en esta ocasión os he vencido, pues si analizamos los temas tratados esta noche, son muchos más los malos sentimientos que aquejan a la tierra, que aquellos que provienen de vos.
– Te equivocas, BETZABEL, contradijo JESÚS, pues te aseguro que un solo Sentimiento proveniente de mi es más poderoso que la suma de todos los que tú alimentas.
– No entiendo, Señor, de que me habláis. ¿Cómo es ésto posible?. Decidme de qué Sentimiento se trata, os lo pido por favor.
– Me refiero a aquel que sin duda salvará al mundo , opacando a todos los demás. Es éste el más puro Sentimiento proveniente de mi, y mientras él exista en la tierra la Esperanza prevalecerá. Hablo, por supuesto, de El Amor.
No teniendo BETZABEL forma alguna de argumentar, abandonó el LIMBO y retornó al averno, donde nunca más aceptó con JESÚS dialogar.
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