¡Que Aroma!
Era un día de trabajo, iba pensando en todo lo que tenía que hacer, pagar cuentas, hacer informes, diseños pendientes; además, al mismo tiempo iba mirando el celular para ver si habían llegado mensajes al correo electrónico, en fin era un día atareado. Cuando llegué, abrí la puerta y me senté en ese gran sofá...