El ingrediente secreto
Era una tarde de verano, de aquellos veranos infernales que solo se pueden sentir donde nací, San Juan Argentina. Se sentían los 40 grados de temperatura, casi si podíamos respirar. En casa de mi abuela, Lela, estábamos con mi hermana Valeria y mi tía Encarnita. Con pies descalzos, salíamos de la mini piscina de tres...