Añorando tu postre.
Suena al fondo Armando Molero, estás al otro extremo, junto a las llamas de la cocina. Preparas tu inigualable quesillo, tan dulce como la voz que me llama al pie de la escalera, tan único como tu risa y tu canción, tan suave como la blanca caballera; Abuela, el quesillo era mi adoración. Cuantas veces...