Kelly, esposa abnegada, puso a hervir el agua mientras picada las finas especias, la carne y demás ingredientes. Luego, preparó el aderezo a base de papa. Después de esto, retiró la carne del agua y la mezcló con este aderezo. Finalmente, dejó reposar un poco y, cuando estuvo al clima, tomó los nano-chips y los incrustó dentro de la comida recién preparada. Tim llegó y Kelly tenía todo listo de acuerdo con el plan.

– ¿Qué tal estuvo tu día? – preguntó algo nerviosa.

Él contestó con una pequeña frase. Kelly le sirvió la comida y replicó-: espero que dejes el plato limpio, se preparó con mucho cariño-.

Tim tomó los cubiertos y empezó a partir la carne. Se la comía con muchas ganas. Kelly le sirvió luego el jugo de sandía-piña.

– ¡Esta carne está exquisita! – le dijo algo emocionado y preguntó -: ¿qué le echaste? -.

-Secreto de la casa-, contestó Kelly, luego de sonreír mientras pensaba el siguiente paso.

Los nano-chips recorrieron el estómago y conectaron con el resto del cuerpo de Tim. Los espías empezaron a monitorear sus signos vitales y movimientos craneales.

Tim empezó a sentirse mareado. Se desmayó. Kelly levantó el cuerpo y lo arrastró hasta la sala donde estaban los espías, quienes lo acostaron en el cuarto. Kelly estaba siempre al lado acompañándolo.

Tim despertó adolorido y con algunos efectos secundarios de aquellos objetos extraños en su cuerpo. Cuando despertó, vio a su propia madre. Parecía que deliraba, porque su madre había muerto hace mucho tiempo.

-¡Mamá! ¡Estás viva! Te he extrañado mucho- le decía a ese cuerpo.

-Sí, hijo mío, he venido a aconsejarte, estás haciendo las cosas mal-, contestó aquella mujer y siguió:

-Sólo te pido que reflexiones sobre las decisiones que has tomado. Mandar a matar es perverso, no hay causa justificable para hacerlo. Así hayas mandado a un militar o a un policía, no es legal a la bondad. Reversa la orden que diste por favor-.

Tim empezó a llorar y contestó -: sí, lo haré, lo que tú digas-.

La madre salió del cuarto y llamó a los espías. Les dio la orden de desactivar los nano-chips. Los espías ejecutaron y luego abandonaron la casa. Después, la madre empezó a lavar los platos sucios y a preparar un postre para Tim. Sintió felicidad al salvar la vida de mucha gente. 

 

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