Cuando de sabores se habla, lo primero que se piensa es en el alimento, parecemos olvidar que lo que no sobrepasa de la boca a la barriga también tiene su particular sabor, que aunque no exquisito por si mismo puede evocar las mas placenteras y dulces de las situaciones. Es el caso de la piel misma, que tiene un inconfundible sabor, Entre salado y desabrido dependiendo del sudor que impregne al saboreado, pero que en todo caso recuerda la sensación de lo prohibido, de lo sensual e incluso de lo familiar. Por mi parte ese sin igual sabor no me provoca la evocación de un momento en particular sino la reflexión de toda una faceta de la vida. una faceta intima y personal.

El sabor de la piel es aquello, que me llenaba la boca a la tierna edad de 5 años cuando acurrucado junto a mi madre me sujetaba a su brazo y de vez en cuando, llevado por un instante de pura inocencia besaba su piel sin ninguna maldad, me recuerda también el tacto inconfundible de la mejilla de tantos familiares que tuvieron su piel contra mis labios, en cada navidad y celebración, cuando llegada la hora de partir nos poníamos a buscarnos los unos a los otros para realizar la clásica despedida familiar.

Es ese sabor el que tiene mi ultimo y también mi primer amor, es aquello que percibía cuando tras unos cuantos besos bajaba lentamente los labios hasta un cuello desnudo, llenándolo de voluptuosas caricias, para hacer lo propio con otros muchos rincones de la biología humana que no viene al caso mencionar, Pero lejos de ser solo lujuria también trae remembranzas de los tiernos juegos de los cuales solo pueden ser participes los amantes, de esos momentos en los que se saborea al otro como lo haría un perro con un juguete, mordiendo y lamiendo sin ningun tipo de intencion sensual sino por el mero placer de sentir cercano al otro

Es también el sabor de la amistad, es el sabor del final de una tarde de alcohol, cantando canciones nuevas y viejas, con compañías buenas y malas,viene acompañado del olor a cigarrillo que impregna a nuestras amigas mas liberales y el del perfume que acompaña a las mas recatadas

Es a fin de cuentas aquellos que hace intimas a las personas, solo entregamos el privilegio de ser saboreados quien es significativo de algún modo para nosotros, es la distinción entre el desconocido y quien hace parte de nuestra vida, el sabor de la piel y el tacto de la mejilla es aquello que marca la pauta definitiva, el sello irremovible  entre la vida exterior y la intimidad de una persona. 

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