Un beso en la nuca
Rocé sus labios con los míos, sentí un ligero sabor a mar: una mezcla perfecta a brisa, libertad, sudor y pasión. El chiringuito de la playa donde nos sentamos era simple y vacío; al entrar, lo llenamos de color. En aquella terraza estábamos solos y distraídos del mundo entero. Solo nos interesaba la magia de...