Viejo desconocido
Mendocino en Buenos Aires, de a pie por la inmensa ciudad encontré refugio al ojo solar bajo la sombra de los árboles de un frondoso parque que imprimía al cemento una cuota de gracia cómplice, una invitación a recomponer a través de la contemplación del verde la saliva perdida en las trifulcas banales de la...