«…EL PAN NUESTRO DE CADA DÍA, DÁNOSLE HOY…»
El muchacho se movía entre las vacas con ligereza, enhebrando unos pasos de baile, al hilo de la música ambiental, que siempre hacían mugir a las sorprendidas estabuladas. «Será que les gusto», se dijo el joven vaquero sonriendo mientras repartía pienso a diestro y siniestro llamando a cada una de las vacas, a voz en grito,...