MERMELADA DE PRUNAS.
No hay sabor que añore más que el de la mermelada de prunas que hacía mi abuela. Como un lazo invisible me evoca su sonrisa, cálida como los abrazos largos y sentidos. – Yaya, ¿me cuentas un cuento? Narraba unos cuentos maravillosos que jamás he vuelto a oír. ¿Por qué será que las palabras se deshilachan...