Apokaliypsis Hedonista
Kabil salió de su tienda y miró el firmamento. La cúpula era todavía negra como el abismo que sostenía en su cúspide, pero ya tenía la tonalidad purpúrea salpicada de estrellas que auguraba un nuevo día en su base. Cogió aire y dejó que su mirada acariciase las rojas rocas que se extendían más allá...