Silicon Valley
Promediaba el vigésimo primer siglo. En las cuatro direcciones de los vientos iban muriendo la tierra, las ciudades y los árboles. Dominaban las pantallas donde todos vendían la vidriera de sus horas. Vidrieras en las que no se daba verse feo, triste, ajado o tonto. Era allí, frente a la intensa luz de los aros...