M-99.
Urumi cerró la puerta, le dio dos vueltas al cerrojo, prendió la luz de la mesilla de su pequeño apartamento, y sin quitarse el uniforme blanco de enfermera se sentó en la cama y abrió la caja que acababa de recoger en la estafeta postal. En el interior, perfectamente envuelto, estaba el nanotraje. Cuidadosamente fue...