Desde el Andén
Llueve, hace frío, la estación te ha pillado de sopetón (como lo de tu novia…), llegas corriendo a la boca de metro, más por desesperación que porque la lluvia te moleste, pasas el torno, bajas las escaleras mecánicas al trote, no te gusta la idea de ser arrastrado, llegas al andén, esperas…, llega tu tren, entras, miras tu...