Ellos NO lo harian
Sus manos pecosas y arrugadas, acariciaban entren sus dedos, un manoseado y viejo abanico, cerraba, abría y se abanicaba una y otra vez. El envainen de una multitud, la rodeaban portando sus maletas.Se sentía algo mareada. Sus huesos entumecidos por el tiempo que llevaba sentada en unos de los bancos del anden. Mes de Agosto,...