La historia de la mujer desconocida

La historia de la mujer desconocida

Lucía Borsani

27/08/2013

Cuando hizo pintar “El andén” en el cartel de la entrada, Laura imaginó un comercio pujante, con clientes apurados en busca de pañuelos. Los tenía de tela, con puntillas para las féminas y a cuadritos, para ellos. Pero los que más se venderían serían los de papel, blancos y austeros como las despedidas.

Entonces llegó el primer y último cliente:

—¿Me hace precio por toda la mercadería?

La negociación duró tres días, mientras ella pensaba en sus sueños truncos de comerciante y él en una acabada idea que nadie lograba sonsacar, más que comprar todos los pañuelos y marcharse.

Al tercer día, ella le planteó: “Está bien, pero me quedo con uno”.

Desde entonces, aquel hombre deambula por las calles contando que una vez supo cambiar los destinos de una mujer desconocida, desde el andén, luego de tres días de pensar en él, y que se despidieron sonrientes, ella con pañuelo en mano, él con las valijas llenas de triunfo.

 

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