Sin tardanza
Andear convirtió la espera impaciente en paciente espera. Camina reflexionando tranquila, lenta y fuera de ella. No necesita medir el tiempo, ni este le incomoda o la apresura. En su mano baila entre los dedos el billete de la tarde: de tarificación especial, sin recargo y sin retrasos. Y desde el anden, sobre el anden...