El blues de las 16 y 15
<<¡Maldita sea! Las 16:15 y el paciente, aún sin llegar>>, pensé mientras aprovechaba a coger un Kaiku de la nevera. Gracias a Dios, esta vez no me había olvidado de ir a comprarlo. El sabor del café eclipsaba un poco la pereza que me causaba empezar con el primer masaje. Decidí enviarle un mensaje de...