DIEZ AÑOS
Como todos los días, llegó al trabajo puntual luego de salvar varios inconvenientes relacionados al caótico tránsito. Saludó a todo el mundo, aunque no todo el mundo respondiera con la misma amabilidad su saludo. Se acomodó en su escritorio, buscó la taza para el café y casi se cae de espaldas. Con su fantástica sonrisa...