El jefe
A través de las láminas de la persiana se adivinaban las luces de una ciudad que comenzaba a adormecer su frenesí cotidiano, que había ralentizado el vigoroso latido de la jornada. El despacho se encontraba bañado por la luz fluorescente del techo y la que suministraba un flexo, sobre una mesa de elegante apariencia, aunque...