Me cuesta un poco venderme, pero aquí va. Tengo 22 años, recién cumplidos, adulta ante el mundo de los hombres, pero sigo siendo una niña en mi interior, en mi familia, en mis amigos.
Tal vez sé de literatura, tal vez sé de escritura, o de ortografía, o de redacción; no es modestia, soy hija de periodistas, y quizá sepa de estas cosas, y no es ironía. Crecí en una familia de escritores, en serio, todos escriben, y yo lo hago desde los 5 años, no como trabajo o por obligación, sino por hobby, por puro hobby, y digamos que he escrito toda mi vida. Pero sé que aunque tenga talento y potencial, tengo muuuuuucho que aprender, en serio, mucho, y soy terriblemente perfeccionista, así que cuando algo no me queda exactamente como yo quiero, crece en mi un disgusto tremendo que revuelve mis tripas y me hace odiar lo que sea que haya escrito, aunque haya salido de lo más profundo de mi alma, y todos sabemos que lo que sale del alma no siempre es organizado, ni coherente, ni racional, por el contrario, es síntoma de enfermedad, del amor puro, del arte en esencia; cuando el alma escribe debería dejarla en paz, y dejarla así como salió, no cuestionarla, pero cuando la cabeza escribe ahí si debería llevar correcciones, debe quedar simétricamente perfecto, y la única manera de quede perfecto es que el alma le regale parte de su lenguaje.
Interesado por: Cuento corto / relato breve, Novela en un sentido amplio, Novela de género (negra, histórica, ciencia ficción, entretenimiento…), Poesía, Artículo / Crónica / periodismo literario, Ensayo / No ficción / Divulgación, Biografía / autobiografía / diario / géneros íntimos / cartas, literatura personal, Guión de cine o TV / Videojuego
Autores o libros favoritos: Johana Spyri, Collen Mcllough, Lucy Maud Montogomery