Tengo miedo, miedo a mostrarme al mundo, miedo a que me conozcan realmente, a que me juzguen, se burlen o me ridiculicen; miedo al fracaso o a decepcionar; miedo a la sensación de sentir algo nuevo, de salir de lo que conozco.

Y se me cruzan en el camino circunstancias, que parece que me dan señales del destino, para que me lance a nuevas situaciones; pero enseguida, llegan mis amigos a aconsejarme, mi amiga incertidumbre y mi amigo miedo, mis compañeros inseparables; los que a veces desaparecen por completo y un día vuelven, como por arte de magia, cuando les viene en gana.

Y entre los dos, tiran de mi hacia abajo, hacia el pozo oscuro de las pesadillas, me arrastran hacia el fuego del infierno, para que nos quememos juntos; y me intentan consolar, diciéndome que no estoy sola, que ellos me hacen compañía, que se quedarán conmigo; incertidumbre y miedo, miedo e incertidumbre.

Y me pregunto: ¿Voy a dejarme manipular?, ¿Voy a entregarles mi destino?

¡Pues no!, ¡No quiero!, porque los verdaderos amigos no deben querer manejar mi vida; porque los amigos de verdad no dañan; porque los amigos no manipulan, ni asustan; porque yo soy la que mando en mi vida; porque yo misma me sostengo o me puedo dejar caer; porque ellos no pueden hacer nada, si yo no les doy el poder; porque yo soy quien debe decidir, aunque a veces me duela, aunque caiga en equivocaciones, aunque me tiemblen las piernas y me vuelva un mar de lágrimas, aunque se me agriete el corazón; yo decido cómo, dónde, cuándo, por qué y con quién,…

..todo, lo decido yo.

Por mis buenas decisiones,

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS