Las lobas
Ignoramos nuestra verdadera estatura hasta que nos ponemos de pie. Emily Dickinson José, el gobernador, nunca había querido tener niños. Le resultaba espantosa la idea de renunciar a uno de sus testículos para insertarlo en la vaina del Árbol de vida y así poder engendrar un vástago. No necesitaba un heredero; era joven, fornido, le...