Era pasada la media noche y encontré una llamada perdida de mi enamorado, me pareció raro recibir una llamada a esas horas de la noche. Así que decidí devolverle la llamada y lo más raro es que nadie me contesto de vuelta. Tenía miedo a lo que pudiera estar pasando, intente llamarle una docena de veces más y no hubo respuesta alguna. Me calme por un momento y me puse a pensar, tal vez el teléfono se llamó solo ya que se pudo haber dormido con él, así que decidí no entrar en pánico. En la mañana podría llamarle y seguro cuando él esté despierto y vea mis llamadas perdidas se preocupe y fuera el primero en llamarme.
Pasaron unas 6 horas, estaba muy inquieta y dormí muy mal, despertaba cada media hora pensando si ya había amanecido. Cuando desperté por completo era las 6:30 de la mañana y me dispuse a hace una llamada, pero me puse a pensar si el todavía no estaría despierto, así que decidí mejor darle un poco más de tiempo y sea el quien me llame. Pasaron alrededor de dos horas más y nadie llamaba.
Ahora si era hora de preocuparse, volví a la carga y empecé a llamar de nuevo y nadie respondía, tenía miedo de que le hubiera pasado algo. Las personas fallecen con nada muchas veces, algunas mueren mientras están dormidos, yo me sentía inquieta, era como una premonición. Muy dentro de mí sabía que algo le había pasado. Tenía que ir a su casa aunque el trayecto fuera de una hora hasta donde él estaba, me cambie súper rápido y me monte en mi coche y salí en dirección a su casa.
Pasaron exactamente una hora y quince minutos y ya estaba parada en la puerta de su casa, tocando y no obtenía respuesta alguna. Así que tenía que tomar medidas extremas y como tenía la llave de su casa me dispuse a ingresar a su casa. Empecé a gritar como loca, cada minuto que pasaba era una tortura. Corría habitación por habitación, y no encontraba respuesta. Al llegar al cuarto principal mi piel se me puso de gallina, me sentía como en esas películas de terror donde uno no sabe que esperar detrás de la puerta, al entrar lo encontré tirado en el piso lleno de sangre.
Me entro un miedo atroz, él podía estar muerto, así que llame a emergencias tenía que venir alguien a ver como estaba, yo me sentía una inútil en ese momento, no sabía que ayuda brindarle, tenía miedo de mover un solo músculo de él. Me quede parada en la misma posición llorando hasta que llegó la ayuda necesaria. Aún recuerdo que me llevaron con en la ambulancia, yo había entrado en estado de shock y no paraba de llorar e hiperventilar.
Nunca me sentí tan perdida como ese día, solo podía llorar y llorar. Cuando desperté, porque me tuvieron que sedar, lo primero que quería saber era sobre él, ambos éramos lo único que teníamos el uno para el otro. Así que cuando le enfermera ingreso a mi habitación le hice la consulta y ella me miró con esa mirada que uno sabe que le tienen lástima o compasión y salieron las palabras más horriblemente dolorosas que uno puede oír
– Lo siento señora, pero el señor Mills está en coma, tuvo una pérdida muy considerable de sangre y cuando llego aquí tuvimos que inducir al coma.
– Disculpe, no le entiendo bien. ¿Es decir el despertara dentro de cuánto?, eso me dice verdad, él está en coma pero solo hasta que su cuerpo sane verdad…
-Lo siento mucho Señora, pero lo que quiero decirle es que está en observación y que no se sabrá nada, hasta mañana y también cómo evolucione.Sentía que me estaba muriendo, es decir él tenía que salir bien solo hoy y sé que el lucharía, y podríamos estar bien.
– Señora le pido que no se haga muchas esperanzas el estado en el que él llegó fue muy grave, se le hará estudios para saber su condición neuronal. Según escuche de una de mis colegas es que él puede tener muerte cerebral. Hasta que se sepa mejor se le dirá, pero siempre cabe la posibilidad que usted pierda a su esposo.
Tener miedo a perder a las personas que uno ama es difícil, por eso la mera posibilidad de perder a un ser querido es insoportable. No cabe en tu cabeza tal situación, solo queda esperanza. Me sentía así en todo momento pasó esa noche de manera muy lenta y tenía miedo a cada minuto que pasaba. Y en algún momento de la noche me venció el sueño y me despertó, la enfermera. Y vi otra vez esa mirada de compasión y dijo lo que más me daba miedo.- Siento mucho decirte amiga, tu esposo falleció.Me morí por dentro, sentía que las paredes me estaban asfixiando, quería correr y no mirar atrás. El dolor que sentía era desgarrador, ahora entendía a las personas que decían que el corazón lo tenían roto.
Yo sentía que alguien metió sus manos en mi pecho, y lo apretaba y lo querían destrozar, la respiración se me iba mientras sollozaba, estaba entrando en shock de nuevo, no podía respirar el aire se me iba y no podía ni pedir ayuda y tampoco quería hacerlo, tenía ese deseo de muerte, pero no tuve la posibilidad de morirme me ayudo una enfermera. Me volvieron a dormir y a calmar.
Cuando desperté ya era otro día. No sabía qué hacer, no sabía a quién llamar nunca tuve a nadie salvo a Tomás y el ahora él estaba muerto, tenía que preparar todo y enterrar los restos del único hombre que había amado hasta ahora. No recuerdo muy bien desde ese día. Estaba como una zombi y vivir era sobrevivir. Solo lo hacía porque meses después me entere q estaba embarazada y tenía un motivo, un pedazo de cielo que cuidar y una parte de Tomás así logré seguir adelante.
Tenemos que aprender a superar las pérdidas de nuestros seres queridos, de aquellas personas que partieron trágicamente de este mundo, sé que no podemos olvidar y no es eso lo que intento decir, lo que digo es que el tiempo nos ayuda a entender que ellos siguen con nosotros y en nuestro corazón. Recordaremos siempre las cosas que nos sacaron una sonrisa, nos enseñaron algo. La vida sigue, tenemos seres queridos por los que seguir adelante.

«Y cuando sonríes, se me olvida el dolor, solo veo lo hermoso que puede llegar a ser este mundo contigo hijo mío»

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