La fiebre del wólfram
—¡Alto a la benemérita! —Retumba en mitad de la húmeda noche—. ¿Quién anda ahí? Dos parejas de pesadas botas negras se aproximan; cuatro pies descalzos huyen sigilosos a través de la áspera maleza. Un encuentro entre susurros. Las voces de la autoridad cortan el espeso silencio con su claridad. —Vais a tener que dar muchas...