Galopando sin sentido
Las torres de mis castillos ya son ruinas. Ruinas que antaño fueron refugio de mil princesas, dragones de fuego y algún príncipe desorientado al que rescatamos de la hostilidad de las noches de infierno salvaje de los bosques circundantes. Y es que escritores a lo largo de la historia tergiversaron los roles. Porque ningún príncipe...