El euro que quería ser duro
Me mortifica bastante que aún se siga hablando en pesetas. Soy un euro de pueblo, un euro de campo, de soles pegajosos y accidentes aburridos de terreno, y debería estar acostumbrado a ese apego tan castizo al pasado monetario de mi país, pero no lo estoy. Me sigue doliendo. “Esto cuesta tantos euros”. Un hombre...