Aromas de lluvia
Doblé a conciencia la ropa, con mimo y cuidado. Primero la camiseta, luego los pantalones. La guardé en ese armario vacío que tantas cosas habría guardado antes. Había perchas, muchas perchas. Eran nueve exactamente, ¿habrían fallecido nueve personas en esa habitación?¿Sería yo la décima? ¿Cómo sabría el siguiente huésped que habían sido diez y no...