El Chalo.
Chalo contuvo un instante la respiración mientras raspaba la palma de sus manos con las uñas. Había esperado ese momento casi toda la semana; y las voces en su cabecita habían de acompañar el silencio de la mareada tarde. Estaba a su costado, un poco confundida con la mirada sosegada, algo apagada. «Es el calor»...