Cooperativa Monte Sinaí

Cooperativa Monte Sinaí

dvflor

03/12/2020

Érase una vez, donde las oscuras y solitarias calles eran iluminadas por la inmensa luna, donde el cri cri de los grillos en invierno comienzan a salir y la maleza a invadir en las calles, donde a montones los hombres y mujeres salen a camellar para el sustento del hogar.

En mi calle, el diario vivir se cuenta por sí sola y hasta cuentos de fantasmas donde en sus inicios el silbido del pito del guardián paseaba a las 11 de la noche y al día siguiente relataba como vio al guardián.

El peloteo entre los jóvenes es la unión y el juego de los niños es la inocencia que mañana se convierte en recuerdo; los vecinos en la reunión y la unión en común, cuidar de los suyos de los amigos de lo ajeno.

Donde unos se van, otros se quedan y los de más edad se toman sus vacaciones a un lugar sin retorno donde pocos alcanzan a despedirse.

Los años han pasado y tan pesado han sido que han dejado enseñanzas, en cada rincón es un recuerdo de la calle es un recuerdo de ella.  

Este lugar se convirtió en mi casa desde los nueve, mi lindo hogar desde que comencé a vivir.

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