club de escritura Fundación Escritura(s)-Fuentetaja
1206participaciones
Semillero de historias de cuarentena Plazo de envío de las participaciones (hasta un máximo de 3) hasta el 1 de mayo (hemos ampliado el plazo)
Plazo para puntuar y comentar a los compañeros hasta el 5 de mayo
A Eusebio le pilló la pandemia con la muerte de su mujer reciente. Siempre habían creído que morirían juntos, pero ella se adelantó. Tras unas semanas confinado, confirmaron cuatro casos positivos en la residencia de ancianos donde vivía. Su hijo le notó algo durante la videoconferencia de la tarde -no estaba contento, pero tenía un resplandor...
Hacia más de un mes que había entrado en prision. Las paredes tenían los dibujos de las uñas en el yeso. Pocos muebles, los justos, desgastados por el uso. El suelo de hormigón gris, ya marrón por el paso del tiempo. Un tubo fluorescente que no paraba de parpadear y emitir un chisporroteo constante. Martilleaba ...
Un buen día todo cambió para siempre, ya nadie podía salir a la calle y todo el mundo se hallaba confinado en sus casas, porque un tal estado de alarma había aparecido en nuestras vidas, porque un bicho feo y malo llamado coronavirus estaba entre nosotros. De repente unas personas con batas blancas se volvieron...
—Eh, vo a paga, vo a paga; vo en esta ranchada no te va a queda así. Mirá cómo me dejaste la trompa, me sacaste un par de cable; ¿ahora como búa come, Eh? —al escuchar los gritos desaforados los otros se dispersaron de sus tareas; comenzaron a formar un círculo humano...
Encerrados queriendo volar pero solo podemos hacerlo a través de la imaginación ahora entendemos que es lo sienten los animales al estar encarcelados deseando ser libres anhelando ser felices, he escuchado que algunas personas dicen que le han robado el poder de ser emancipados sujeto a un gobierno otros recalcan que han aprendido que hay respetar, cuidar...
En la miseria, los míseros de tradición se vuelven fuertes y despiadados. Los que nos estrenamos en estas lides somos frágiles, cada vez más pequeños, más invisibles. Después de cada no, estás más rota viendo cómo la vida pasa ajena a lo que eres. Te das cuenta que sólo fuiste. Eres alguien en la soledad...
Con mi vecino de enfrente somos los únicos viejos que existen en varias cuadras a la redonda y no es porque los otros hayan muerto de coronavirus u otras dolencias, sino porque es un barrio nuevo, de gente joven que arrastraron a vivir con ellos a sus padres. Por las mañanas, tipo once, hacemos acto...
Se levantó temprano, como casi desde el primer día de aquella nueva vida impuesta; abrió la ventana del dormitorio y miró a la calle y miró el reloj; ignoraba la hora, aunque la sabía temprana; no ver a todas aquellas personas con las que se cruzaba cada mañana, le volvió a hacer daño. Era como...
Había estado escuchando en un programa de Youtube, desde enero, que lo que había ocurrido en China podría llegar a pasar en España también, y me lo creí sin dudar. Lo estaban pasando demasiado mal en Asia como para tomarlo a broma. Después ocurrió lo que todos ya sabemos, y como educadora infantil fui mandada...
Marzo es el mes, en el que el aire de la ciudad cambia, quizás por la llegada de la primavera, o porque se respira a fiesta, a fuego, pólvora, música y luces. El domingo ocho de marzo, fui a la plaza del ayuntamiento para escuchar la mascletà, junto a otras miles de personas. Aquella tarde,...
Cuando llegó la orden de confinamiento, dudé si hacerlo en casa de mis padres o en la de mi novia, morada de los fines de semana. Esa mujer me convenció para recluirnos juntos, vendiéndomelo como días de gloria y noches de pasión. Groso error. Comprábamos por Internet y no teníamos perro. El portero bajaba la...
Era un día triste, de soledad en la ciudad. Cuando sentí las sirenas, ese ruído, el ruído de dolor y tristeza que lo extremecia todo. Al sonar esa sirena, se indicaba que la persona que se encuentre fuera de su casa, jamás regresaría. Esa noche mí marido trabajaba, estaba preocupada, ya que no podía localizarlo,...
