Cuando las sombras vuelan
Washington, 1865 El asesino salió de su escondite, justo a tiempo de ver como la espigada figura del Presidente se reclinaba sobre su butaca. Junto a él se encontraba su esposa, otra mujer y en el extremo del palco, un militar, que al percibir movimiento giró su cabeza. El asesino no dudó. Apuntó y disparó...