No te rondan zagales
Recorría abatido la Calle Mayor intuyendo a que casa había pertenecido una u otra fachada, ventana o balcón. A pesar de haber cambiado en pocos años la peonza y la espada de madera por el fusil que llevaba al hombro, el mozo que fue aún jugaba con recuerdos y amigos de años atrás. Vino a...