Sonrisas y maullidos que lo dicen todo
Estaba allí, observando a los humanos, viendo cómo el tiempo transcurría innegable. En un instante me propuse caminar, vi a todos transitar, maullé y maullé sin que nadie me devolviera la mirada. De repente una estudiante se detuvo sobre sus pies, sus ojos se llenaron de luz, flexionó sus rodillas para agacharse. – Sos precioso...