PIRÓMANO
Solía ese engendro quitarle la paz todos los días. Llenaba ese espacio de arte configurado por él, con todo el delirio estético de ese bullerengue barato que los mozuelos llaman música. Lo enervaban esas notas de extrema fiereza, esas tonalidades de negro en alardes de gritos y de espantosas melodías que asimilaba como susurros del...